El Milagro Islandés en palabras de sus protagonistas

‘Somos el 99%, ellos solo el 1%’   
Entrevista completa en Magazine Vanguardia por Ofelia de Pablo/Javier Zurita
  Birgitta Jónsdóttir es activista y ahora parlamentaria en Islandia. Pertenece al conocido partido de los ciudadanos “The Movement”- creado en 2009 después del colapso de la economía islandesa en 2008. Las protestas de los ciudadanos, entre los que ella participaba activamente, consiguieron destituir al gobierno, acabar con la banca privada que les había llevado a la quiebra y proponer un nuevo gobierno. Birgitta nunca había pensado en meterse en política –luchaba como activista y escritora- pero de la noche a la mañana se convirtió, como ella lo define en “un virus en el sistema”.Birgitta nos desvela las claves del que se ha dado en llamar el “milagro islandés” o “la revolución silenciosa”
Birgitta Jonsdottir en Parlamento, (c)OfeliadePablo/JavierZurita
¿Cómo surge la idea de crear un ‘partido de ciudadanos’?
Tras el hundimiento de la economía en 2008, el país entró en bancarrota y la sociedad islandesa colapsó. Nuestras deudas, por culpa de las arriesgadas operaciones de los bancos, eran 12 veces mayores que nuestro PIB. La gente empezó a perderlo todo cuando la burbuja se pinchó y la gran mayoría salió a la calle para protestar. El resultado fue la destitución de la banca, del gobierno y las nuevas elecciones. Aquí es donde entra el partido ciudadano. Ocho semanas antes de las elecciones de 2009 un grupo de ciudadanos de la calle sin la menor experiencia política, sin dinero, pero con ganas de hacer democracia decidimos juntarnos y hacer un partido político. Fue votado por el 7% y ahora 4 de nostoros estamos dentro para hacer escuchar la voz de los que gritan fuera.

Hay gente que ve Islandia como un perfecto modelo experimental
Nuestro país es un excelente laboratorio de pruebas. Hemos dejado caer a los bancos, no los hemos rescatado, hemos llevado al banquillo a los culpables de la crisis y según el último informe económico parece que nuestra economía va a crecer el triple de lo que lo hará la Zona Euro en 2013. Estamos experimentando soluciones a un problema que está afectando al mundo entero. Quizás estas medidas son más sencillas de tomar aquí que en otros países porque somos tan sólo 311.000 habitantes y nuestra capacidad de respuesta es más rápida. La realidad es que ya no estamos bajo el programa del FMI y hemos superado nuestra peor crisis sin el coste social al que se está sometiendo a otros países de Europa.
La revolución de Islandia parece estar bien encaminada con los cambios políticos, los juicios a los culpables de la crisis, ¿ es necesario avanzar más?
Esto es un buen principio pero lo logrado hasta ahora no servirá de nada si no ponemos las herramientas necesarias para impedir que vuelva a ocurrir lo mismo. ¿De qué sirve echar a los políticos y a los banqueros si las pautas por las que se rige el sistema siguen siendo las mismas? Hay que darle poder al ciudadano, que éste tenga las armas necesarias para que su gobierno no haga cosas que la gente no quiere. Esta es la idea de la nueva constitución que estamos reescribiendo entre todos los ciudadanos.
Birgitta Jonsdottir (c) Ofelia de Pablo/JavierZurita.
¿Una Constitución reescrita por los ciudadanos?
Sí. Para mi la Constitución es “el acuerdo social” y por esto es importante  la participación del pueblo al reescribirla. Hemos elegido a 1000 personas aleatoriamente para que aporten sus ideas y a 25 ciudadanos para que la redacten. Ya está terminada y ahora tiene que pasar la aprobación del Parlamento. 
Uno de las principales cargas pendientes que tiene Islandia es la deuda que generaron los bancos antes de caer. ¿Cómo está la situación ahora mismo?
La gente no quiere pagar por los errores de unos “vikingos arrogantes” como denominan aquí a los banqueros y políticos nos han llevado a esta situación. Uno de los tres grandes bancos islandeses, Landsbanki, abrió una filial en Reino Unido y Holanda que tuvo un éxito tremendo gracias a los altos intereses que pagaba en una cuenta llamada Icesave. En octubre de 2008, apenas 15 días después de la quiebra de Lehman Brothers, el Reino Unido detectó que los bancos islandeses estaban traspasando dinero de las cuentas británicas a Reykjavik y les congeló todos sus fondos aplicando la ley antiterrorista. Los bancos estaban sobreendeudados y esto, unido a la crisis global, les llevó a la bancarrota. El Estado no los rescató. Los dejó desplomarse, y posteriormente los nacionalizó e inyectó dinero para que siguieran operando, pero solo en Islandia. Londres y Ámsterdam pagaron el valor de los depósitos y desde entonces reclaman los 4.000 millones de deuda, un tercio del PIB de nuestro país. Para resolver esta situación se planteó que cada familia pagara de su bolsillo 50.000€ desde 2016 a 2024 pero el pueblo dijo ‘no’ en un primer Referéndum. La última oferta política era reducir el interés de la deuda a un 3,3% y alargar su pago hasta 2046 pero los ciudadanos han vuelto a negarse a pagar por algo que ellos no provocaron. Ahora tendrán que hablar los tribunales. 
 
Y si el sistema no sirve, ¿cómo se cambia?
El error es querer desconectar el sistema de una sola vez. Creo que no se puede. Que se tiene que hacer por etapas. Hay que crear una base para poder desmontarlo y crear un sistema para la gente, un modelo más pequeño, accesible y no tan centralizado. No se puede pretender que la gente de la noche a la  mañana se siente en las plazas a votar para cambiar las leyes, esto necesita varias fases y ahora aquí estamos en la primera.
Nosotros empezamos por tres demandas concretas: fuera el gobierno, fuera los bancos corruptos y reescribir la Constitución. Ya están prácticamente conseguidas. Creo que es fundamental ir alcanzando resultados para evolucionar.
Reykjavik. (c)OfeliadePablo/JavierZurita
Pero parece que los movimientos sociales que hace unos meses sacudieron el mundo están un poco debilitados ¿qué opina?
No lo creo en absoluto. En la energía de la revolución está la evolución y eso no ocurre inmediatamente, ocurre de forma gradual. La única cosa que hace a la gente salir a la calle es no tener nada que perder. Si la crisis se recrudece la gente luchará aun más.
Tras los cristales del parlamento observamos en la calle una gran pancarta que dice: “We are 99%, they are 1%”. ¿Qué le dice esto?
Qué es nuestro momento, es nuestro turno de despertarnos y salir a la realidad. Tenemos que hacer algo y rápido para inspirar a los demás. Es nuestra responsabilidad. Nosotros somos el 99%, ellos solo son el 1%.